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La Restinga Dia​/​Noche

from EL HIERRO SUEN​/​Ñ​A by Pedro Montesinos

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about

La pieza está dividida en dos partes, una realizada a primera hora de la tarde y una segunda a medianoche, desde dos puntos distintos aunque cercanos entre si, en el puerto de la Restinga. Es el año 2009 y muchos pueblos y ciudades se han visto invadidos por grúas, percutores, avisos de marcha atrás, radiales, camiones... que se afanan en ejecutar unos trabajos que en demasiadas ocasiones ofrecían una cuestionable utilidad (no sé si era el caso concreto). Con todo, este material aporta elementos documentales representativos de aquellas intervenciones generalizadas en un momento histórico en el que se daban los primeros pasos para afrontar la crisis financiera internacional que se inició con la caída de Merrill Lynch en 2008. Y llegó la explosión de la burbuja inmobiliaria y el rescate al sector financiero, la sequía en el crédito... el paro, los desahucios, los recortes en servicios públicos, en derechos, en libertades...

Más allá de cuestiones históricas, sociales o de política económica, esta pieza sirve para ilustrar cómo las obras, en general, irrumpen y permanecen en los espacios que transforman, con sus horarios sistemáticos y sus evoluciones ajenas a quienes las soportan; con sus cadencias constantes y sus irrupciones imprevisibles; sus abruptos eventos y sus silencios esquivos....

Por la noche, no hay obras...

El balcón del comedor de uno de los apartamentos de Kay Marino deja entrar una luz radiante de primera hora de la tarde. Desde allí contemplo el puerto situado a los pies del edificio... A esta hora del día, lo mejor que puedo hacer es recostarme en un sillón y escuchar...

(00:00) Un tono intermitente y estable, de un vehículo marcha atrás, insiste, despreocupado y egocéntrico, en extender su alerta por todo el puerto envuelto en las delicadas caricias que las somnolientas olas, en su ir y venir dejan en la arena... Los golpecillos de los cabos contra los mástiles de las embarcaciones mecidas por el suave balanceo del mar, salpican aquí y allá su perezoso tintineo... algún golpe, algún pitido, algún pájaro sobrevuela... La música de un reproductor indeterminable se pelea con la plácida regularidad de la actividad cotidiana del paseo...

(0:55) Una máquina percutora lanza su punta de hierro sobre el cemento con una ráfaga abrupta y amenazante que parece despertar... y se para... El reflejo, que se produce por el rebote de las ondas sonoras en la pared de 3 o 4 metros de altura que contiene el mar y, aunque menos evidente, también en los edificios que conforman el frente marítimo; refuerzan su protagonismo...

(01:10) El rastro de esos primeros pasos se adhiere en mi memoria y, sin entender porqué, me sobreviene... Y viene... y se va... ahora más cerca, ahora más lejos... aquí... allá... haciéndose un hueco entre golpes dispersos, voces lejanas, algún motor... Y todo enredado y entrelazado con el cadencioso susurro marino de olas y tintineos...

(02:26) El pestillo de la puerta que da acceso a los amarres salta lanzado contra sus topes y repica... se abre la puerta para dejar paso a una única persona que cierra y pasa el mismo pestillo. Esta vez el gesto firme y preciso, no deja escapar ni un golpe de más...
Los sonidos de las máquinas y los trabajos que se desarrollan en el puerto no deben ser muy frecuentes aquí pero en este momento parece que se van desperezando y poco a poco van despertando de su descanso...

(03:00) Y ese insistente aviso... parece como si estuviese gravado en mi cabeza aunque haya desaparecido... En un momento se suelta de su fuente... y cambia de tono ... va buscando su propio sitio en el incipiente trasiego... Y se mueve... la ráfaga rítmica y vigorosa vuelve con su ímpetu reincidente alertada por el claxón de un coche... y se va y vuelve; más cercana, más alejada...
Otras percusiones, fricciones, alarmas y arrastres van, paulatinamente, apareciendo...

(04:30) La intermitencia se acelera en mi cabeza a la vez que se eleva su tono... se aleja de su origen... y se acelera... se acelera hasta fundirse en un pitido estable, como si una corriente eléctrica se apoderase de maquinas y herramientas, bufidos y golpes para alimentar con su resonancia continua la movilización necesaria para la transformación...
Más avisos de maquinaria pesada... más golpes... más descargas... más arrastres... Una amplia variedad de formas sonoras se entremezclan, se alternan, se complementan, se superponen de manera creciente, conforme las personas que las manipulan van repitiendo sus rutinas... las ráfagas de la máquina percutora reviven y juegan con otros sonidos a veces reales, otras imaginados, originales, reflejos, vividos, soñados...

(06:26) La fricción de una radial se transforma y va haciéndose grave, continua y cadenciosa, como la respiración de un ser vivo que estuviese haciendo un esfuerzo físico continuado...
En su despertar las máquinas van llamándose las unas a las otras... Hasta que una masa informe, densa e inestable, en parte real, en parte ficción; toma el puerto, el paseo y toda la fachada marítima de La Restinga... La transformación sigue su curso...

(09:15) Por la noche la tranquilidad se apodera del lugar...
Las domesticadas olas que llegan a la pequeña playa que se forma a los pies del edificio de Kay Marino se mezclan con los tintineos irregulares de los mástiles y cabos. En esa delicada atmósfera se identifica el continuo pistoneo de un motor... no parece alejarse ni acercarse... Algún tipo de embarcación, posiblemente de pesca, porque el sonido parece venir desde el mar. No es demasiado fuerte pero desde aquí, su presencia, grave, constante y con escasas variaciones, impregnada con el reflejo que se produce en la fachada del frente marítimo y amasada por la brisa del mar (ahora se escucha mejor, ahora peor), producen un enigmático...

(11:07) Una suave ráfaga de viento agita la vegetación próxima y dispersa una refinada estela que, fugaz y esquiva, se desvanece...

(11:27) Rememoro la cadenciosa y profunda respiración del ser transformador, mientras el pertinaz traqueteo del motor parece resonar y resonar en mi cabeza: el reflejo, el reflejo del reflejo, el reflejo del reflejo del reflejo... se extiende por el puerto... por el mar... por mis oídos por mi cuerpo...

(14:30) Por momentos, me invade el regusto eléctrico de la voracidad mecánica. Posiblemente es una forma de dejar atrás ese ambiente pesado, de golpes y fricciones, de ritmos repetitivos... de súbitas variaciones. Una manera de limpiar las heridas que se producen, de relajar tensiones...

(15:20) A lo lejos se identifican las voces de dos personas que se acercan lentamente... pasean por la curvada plataforma de listones de madera que rodea la arena y la separan de la pared de roca que delimita esta parte del puerto.
En su ir y venir, envueltos de resonancias y sutiles corrientes, inevitablemente busco las palabras (inconfundible el acento canario y, seguramente herreño; puede que identificable y propio de la Restinga o de otra zona de la isla) que intercalan las dos personas que conversan en un tono cordial y amistoso. Al alejarse, las voces se mezclan con sus propios pasos que arrastran el calzado ligero, medio suelto... poco a poco desaparecen...
Con los últimos fonemas suspendidos en el aire, el resonante motor, las olas y los tintineos recuperan su protagonismo. Y con ellos, los últimos coletazos, ahora ya sueltos, deformes y dispersos; de las obras.

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from EL HIERRO SUEN​/​Ñ​A, released May 12, 2014

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La Escucha Atenta Gijón, Spain

La Escucha Atenta is a publishing label based in Gijón (Spain) founded by Juanjo Palacios in 2011. Its editions focus on field recording-based works.
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La Escucha Atenta es un sello editorial con sede en Gijón (España) fundado por Juanjo Palacios en 2011. Sus ediciones están centradas en trabajos basados en la grabación de campo.
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